“La dislexia se fue para la cocina, pero en la sección de lácteos, ubicada en la nevera, encontró un hada robando la leche de la familia.
La dislexia triste se fue para la sesión de verduras y allí vio a unos duendes comiendo pepino. La dislexia se fue para la tienda con ganas de comprar alimentos para una deliciosa cena y volvió a su hogar a compartir con dislalia, disgrafía y discalculia”.
Laura Arévalo Quiñónez
Artista: Fernando Morales, Mesa Local de Barrios Unidos