“Un vendedor de calle vendía peluches que llevaba en una bolsa plástica; me insistió para comprarle uno porque no había vendido nada. No estaba interesada pero sentí pena y compré un León de Peluche. Lo puse en un rincón y empecé a ponerle agujas y alfileres, un día pensé tirarlo, estaba sucio y desaliñado, sentí tristeza por León, le quité las agujas y los alfileres, lo bañé en la lavadora y León salió como nuevo, solo que con el baño perdió sus pestañas, nariz y boca, pero seguía siendo León, aún después de 27 años sigue ahí sentado, mirándome sin mirarme. Ahora León ocupa un lugar especial en mi corazón. Te Amo León”.
Luz Marina Sánchez
Artista: Óscar Mateus, Mesa Local de Suba