“El oso se llama ‘Sueño’, pues para acostarme siempre lo pienso, sin él no podría conciliar el sueño.
Junto a él, unas atmósferas guían mis sueños donde puedo comprender mi ser. Entender la magia de su ser siempre me inspiró a crecer, aunque se quede lejos y aunque pase el tiempo, como la prosa en un verso, como mi sentimiento en este cuento.
Hoy recuerdo a mi amigo el oso de este cuento y le agradezco aquellos momentos que compartimos. Escrito queda en este cuento, gracias al oso por enseñarme lo que son los sueños”.
Luis Carlos Vargas Sinisterra
Artista: Vanesa Silva, Mesa Local de Chapinero